ACTO DE ABANDONO

Dios mío, creo en tu infinita bondad, no sólo en aquella bondad que abarca al mundo, sino en aquella bondad particular y personal que me atiende a mí, pobre criatura y que dispone todo para mi mejor bien. Por esto, Señor, aunque no lo veo, ni comprendo, ni lo advierto, creo que el estado en que me encuentro y todo lo que me sucede es obra de tu amor. Con toda mi voluntad, lo prefiero a cualquier otra situación que me sería más agradable, pero que no vendría de ti. Me encomiendo en tus manos: haz de mí lo que te plazca, no dándome ningún otro consuelo que el de obedecerte. Amén.

martes, 19 de enero de 2010

Apocalipsis... ¿now?


El tema del Apocalipsis ha sido siempre un tema controvertido. No es mi intención con este post, dirimir esas controversias. Me gustaría señalar algunos puntos sobre las controversias actuales.

Me dirijo especialmente a los católicos tradicionales, ya que son los únicos con los que se puede hablar del tema. Con los progresistas es imposible, pues para ellos el Apocalipsis (que es el último libro de la Sagrada Escritura y que por lo tanto es Palabra de Dios) no tiene sentido: o bien ya fue, como dicen los jóvenes de hoy, o bien no será. Pues para los "progres" vamos indefectiblemente (y contra lo que dice la Palabra de Dios) camino hacia el paraíso terrenal, todo tiempo futuro necesariamente tiene que ser mejor, vamos hacia la felicidad humana total y perfecta... sin Dios.

Ahora bien, entre los católicos tradicionales está ampliamente difundida la opinión de que ya estamos en los tiempos próximos, muy próximos a la Venida Gloriosa de Nuestro Señor. Se basa esta opinión en el cumplimiento (según su visión, insisto) de los pasajes apocalípticos, fundamentalmente los que se refieren a la "apostasía generalizada", "LA" apostasía final. Esto es sostenido, calculo yo, por personas que rondan los cincuenta años para arriba. ¿Por qué? Pues porque ellos han visto la decadencia postconciliar y todos los males que desde la década del ´60 vive la Iglesia, infestada por "el modernismo" y oscurecida por "el humo de Satanás". El Concilio Vaticano II ha sido el punto de inflexión que ha desatado las furias del mal dentro y fuera de la Iglesia.

Podríamos, en principio, estar de acuerdo con ellos. Hay una decadencia evidente en muchos aspectos, que no viene al caso enumerar. Sin embargo, cabría hacer algunas objeciones referidas al cumplimiento de "toda" la Escritura, de "TODO" el Apocalipsis.

1- Si esta es la apostasía final, pues ¿por qué no aparece el Anticristo? Siguiendo a San Pablo, sabemos que primero debe venir la apostasía y luego aparecerá el Hombre de pecado, el hijo de la perdición. Me podrán contestar "pues justamente, se está desarrollando la apostasía, ya aparecerá el Anticristo". De acuerdo, entonces la apostasía no es generalizada todavía.

2- La predicación del Evangelio en todo el mundo es una condición puesta por el mismo Señor en su discurso esjatológico (Mt. 24). El Evangelio debe ser predicado en todo el mundo como testimonio para todos los hombres. Es decir, no significa, claro está, que todos crean en el Evangelio, sino que todos los hombres deben conocerlo para poder aceptarlo o rechazarlo, estar con Cristo o contra Cristo. Pregunto ¿se ha predicado ya el Evangelio en todo el mundo de manera que se pueda decir que todos los hombres YA han optado por Cristo o contra Cristo?

3- La conversión de los Judíos. Hay diversas interpretaciones que hablan del momento en que este hecho, profetizado por San Pablo y por San Juan, se podría producir. Algunos sostienen que se produciría antes de la aparición del Anticristo y otros dicen que será durante el reinado final del hijo de perdición. Lo cierto es que bastante lejos se ve la posibilidad de semejante milagro, comparable a una resurrección de muertos.

Hay multitud más de signos menores no cumplidos aún que podríamos nombrar. Pero son estos los más sobresalientes. Además no intento agotar el tema ni mucho menos. Solo señalo objeciones a la opinión mencionada de que el fin de los tiempos está a las puertas. Por otro lado, esa misma expresión puede variar según se interprete la noción de tiempo. Para unos será el fin de los tiempos el mes que viene, para otros que el Señor esté a la puerta sigficará que faltan unos pocos años, etc.

Me parece que lo más certero será sumarnos a la enseñanza del Card. John Henry Newman cuando explica en "Los cuatro sermones sobre el Anticristo", que cada época presenta su propia versión del cumplimiento de las profecías apocalípticas. Probablemente cada vez el parecido sea mayor, y así muchos habrán visto el posible cumplimiento apocalíptico en la Revolución Francesa. Y no fue así. Y nosotros podemos pensar que el tiempo es ahora... y tal vez no lo sea. Dice el Card. Newman "Así la historia es un comentario de la Sagrada Escritura".

Entonces, el Apocalipsis ¿ahora?


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